«La máquina no es creativa, pero lo parece». Entrevista con Andrés Burbano

En INNN, seguimos indagando en el concepto de creatividad, hoy con el foco puesto en la relación entre esta y la tecnología. Si ya hay aplicaciones de inteligencia artificial que pueden crear desde un cuadro hasta una pieza musical, ¿se apoderarán las máquinas de esta habilidad que hasta la fecha creíamos exclusivamente humana?

Por Isabel R. Benitez

Desde finales de 2022 estamos inmersos en una profunda, y para muchos inesperada, revolución. El lanzamiento de ChatGPT, y de todas las aplicaciones de IA generativa que le han sucedido (desde DALL-E hasta Sora) no solo ha conseguido dejarnos con la boca abierta, sino que también nos ha hecho cuestionarnos nuestro propio rol en ámbitos que hasta la fecha creíamos tan propiamente humanos como las artes o el diseño. En tal punto estamos que nos referimos a las máquinas como «creativas», pero, ¿es este un término que se ajusta a la realidad o es una licencia que solo deberían tomarse los autores de ciencia ficción?

Andrés Burbano tiene su propia opinión al respecto. Este Doctor en Artes y Tecnologías de los Medios por la Universidad de California (EE. UU.), lleva años analizando el cruce entre estas dos disciplinas. Antes de ocupar su puesto actual como profesor en los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Burbano desarrolló parte de su carrera en Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia), y como investigador y artista transdisciplinario, ha trabajado de manera muy extensa en la historia de los medios en América Latina y el Sur Global, el impacto histórico y cultural de las tecnologías computacionales y el modelado 3D de la arqueología. Buena parte de ese trabajo, ha quedado reflejado en su Different Engines: Media Technologies from Latin America.

Hoy abrimos este espacio que en INNN dedicamos a profundizar en los límites y oportunidades de la creatividad con Andrés Burbano. ¡Feliz lectura! 

Pregunta: ¿Qué es para ti la creatividad?

Andrés Burbano: Yo diría que la creatividad es uno de los rasgos más distintivos de la inteligencia y que es algo que está presente de forma transversal en muchas prácticas humanas. Puede haber manifestaciones de creatividad en la manera de conducir esta entrevista, por ejemplo, y las hay también en campos tan «racionales» como las matemáticas. 

Es cierto que se tiende a estereotipar la creatividad. A menudo, consideramos que está solamente presente en componer una canción o en escribir una poesía, y, por supuesto, estas son prácticas en las que la creatividad florece y encuentra una manifestación muy sofisticada, pero eso no significa ni que sea exclusiva de ese ámbito ni que solamente habite ahí. Además, como existen diferentes formas de inteligencia, algo que es muy importante considerar, existen también diferentes formas de ser creativo

 

P.: ¿Eso quiere decir entonces que siempre que hay inteligencia puede haber o hay creatividad?  

A.B.: Claro que sí. Yo creo que ver la creatividad como una manifestación que está desconectada de otras prácticas mentales e incluso sociales es un problema. Darle una definición y separarla del razonamiento, la abstracción o del diálogo y de la conversación limita mucho el entendimiento que podemos tener de la creatividad.

P.: Eso me recuerda a una afirmación que hacía la doctora Mónica Curtis en la primera entrevista de esta serie. Nos decía esta neuróloga que si todos tenemos un cerebro todos tenemos el potencial de ser creativos… 

A.B.: Sin duda. Coincido con ella. Mientras exista la capacidad de resolver problemas de una manera en que pueda haber sorpresa y diferencia con la forma anterior, hay un ejercicio creativo. Y eso es lo que a mí me parece más interesante de la creatividad. Los humanos estamos permanentemente utilizándola en diferentes campos, también en prácticas diarias como encontrar la vía para ir de un lugar a otro, aunque no lo hemos visto ni estudiado así históricamente. 

P.: Has mencionado las matemáticas, pero ¿nos pondrías algún otro ejemplo de esa creatividad en acción más allá de las manifestaciones artísticas clásicas? Alguno que te llame o te haya llamado especialmente la atención…

A.B.: Seguro. Te pongo ejemplo: allá en los años 30, una persona en Inglaterra está intentando producir un mapa del sistema del metro de la ciudad, porque, sistemáticamente, los mapas que se han creado hasta la fecha no comunicaban bien la naturaleza de la estructura del metro y a la gente no le servía tener ese mapa.

"La creatividad es uno de los rasgos más distintivos de la inteligencia y está presente de forma transversal en muchas prácticas humanas"

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¿Por qué es importante tener un mapa del metro? Muy sencillo: porque es subterráneo y la gente no puede hacerse una imagen espacial del trayecto tras haber caminado por el lugar. Además, como avanza a más o menos velocidad según la zona, es muy difícil saber a nivel perceptual cuál es la longitud de la distancia recorrida. 

Pues bien, a esta persona se le ocurre hacer un mapa que no respeta exactamente la distancia geográfica entre las estaciones. Decide hacerlo de una manera mucho más abstracta para que sea más fácil tener una imagen mental clara de ese trayecto y entender cómo funciona el metro. La realidad es que esta termina siendo una de las imágenes más influyentes del diseño visual de los siglos XX y XXI. Casi todos los mapas de metro del mundo que se desarrollaron después están basados en este mapa, en el que cada estación es un puntito que se conecta a través de líneas de colores. Y no lo hizo un diseñador; lo hizo un ingeniero que estaba interesado en temas de transporte y que quería resolver el problema de hacer un mapa del metro más comprensible. En la historia hay muchos ejemplos así.

 

P.: Y sin embargo, como decías, históricamente la creatividad no se ha abordado desde este punto de vista tan amplio. ¿Por qué es necesario abrir miras? 

A.B.: Yo creo que es algo fundamental y que nos puede abrir muchas oportunidades a nivel cultural al ofrecernos una relación más rica con la realidad. Muchas de las instituciones culturales que se han creado, como las universidades o los colegios, se han centrado en cultivar la inteligencia mediante el acceso y la adquisición de conocimientos y han descuidado la creatividad. Pero cultivar la creatividad en estos espacios se puede traducir después, por ejemplo, en prácticas de innovación social

"Yo abogaría por una cultura en la que la creatividad y la imaginación estén más presentes"

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Einstein, uno de los científicos más importantes del siglo XX, dijo que la imaginación era más importante que el conocimiento, y yo creo que esa afirmación contiene una lección muy importante. Yo abogaría por una cultura en la que la creatividad y la imaginación estén más presentes y seamos más conscientes. 

 

P.: ¿En qué tipos de espacios consideras que es importante abrir la puerta a la creatividad? 

A.B.: Hay un campo en el que yo trabajo directamente, que tiene que ver con la historia de tecnología, pero a la vez también trabajo mucho con científicos (principalmente biólogos, arqueólogos, antropólogos) que requieren de tecnologías para hacer parte de su labor. Puede tratarse de hacer un mapa de unas cuevas que tienen pinturas rupestres, de crear un modelo tridimensional de un sitio arqueológico, de hacer un registro con fotografía digital de un proceso etnográfico, de diseñar pequeños sensores para medir la cantidad de pasos que se dan en un trayecto determinado… Resulta que ahora estos científicos están incorporando personas que vienen de las Artes en sus grupos de trabajo, porque les ayudan a pensar y a relacionarse con sus tareas de otra forma. Y cuando se establece un buen proceso de comunicación entre estos campos, puede haber resultados sorprendentes. 

 

P.: Queda clara la importancia de ampliar la visión misma y las aplicaciones que hacemos de la creatividad, pero iniciábamos esta conversación hablando de la relación entre creatividad e inteligencia. Esta conversación la tenemos justo en un momento en que estamos alucinados con las oportunidades que brinda la inteligencia artificial generativa. Si nos referimos a las máquinas como inteligentes, ¿son o pueden ser creativas?

A.B.: Yo partiría de una postura muy clara y es que yo creo que las máquinas no son creativas, porque a la vez considero que las máquinas no son inteligentes. Pero aquí hay un «pero» muy importante, y me voy a remitir al primer artículo que se publicó sobre el tema de inteligencia artificial en 1950. 

Se llama «Computing machinery and intelligence» y lo publicó, en una revista que se llama Mind, un pensador e ingeniero británico muy influyente llamado Alan Turing. Él plantea por primera vez la pregunta acerca de si las máquinas pueden pensar y describe el test de Turing, que en inglés se llama «the imitation game», y concluye que podríamos considerar que una máquina es inteligente si puede tener un comportamiento inteligente equivalente al de un humano o si este es, simplemente, indistinguible del de un ser humano. 

Y es muy curioso porque, al final, no es un test a la máquina, sino a quien está viendo el diálogo entre la máquina y el humano, a su capacidad de distinguir si es un diálogo entre dos personas o entre una máquina y un humano. Hablamos de la diferencia entre «ser» y «parecer». El juicio se centra en si la máquina parece, se comporta lo suficientemente cercano en términos de inteligencia a un ser humano. No hay necesidad de que «sea» inteligente, es suficiente con que «parezca» inteligente, y yo creo que podemos trasladar eso a la creatividad… 

 

P.: Y al boom en torno a la inteligencia artificial generativa a la que sí que se atribuye el calificativo de «creativa»… 

A.B.: La máquina no es creativa, pero lo parece porque tiene un sistema que, ante una solicitud muy breve de creación de una imagen, por poner un ejemplo, es capaz de acceder a una base de datos de millones de imágenes y establecer por estadística combinaciones de ellas que den un resultado que se ajuste a lo que la persona estaba buscando y que incluso consigan sorprenderla. Por eso el término técnico es que es «generativo», porque genera una serie de combinaciones posibles. 

"Definir una relación creativa con las máquinas va a marcar una diferencia importante en el futuro cercano y también en el largo plazo"

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La cuestión es que, como está basado un sistema tan sofisticado técnicamente, la cantidad de combinaciones que puede producir es gigantesca y ahí es donde encontramos diferencias con las prácticas creativas humanas, que requieren un procesamiento un poco más lento.
Ahora bien, esto no es nuevo ni nace con ChatGPT. 

 

P.: ¿Cuánto tiempo llevamos experimentando con el cruce entre IA y creatividad?  

A.B.: Desde los años 60, muchos artistas han estado trabajado y haciendo experimentos sobre interacciones humano-máquina y creatividad con sistemas de IA. No eran modelos tan sofisticados como los que tenemos ahora, pero muchos ya crearon sus propios algoritmos, su propio software, para aplicarlos, por ejemplo, a la creación de obras de arte. Es el caso de Ernest Edmonds, en Reino Unido, quien, desde los 60, ha creado artículos con los algoritmos que él diseña y, después, aplicaciones de eso en el campo creativo escultórico y pictórico. 

Muchas personas tienen la idea de que estos cambios sucedieron desde 2017 para acá, pero lo que pasó en ese momento es que apareció una tecnología muy particular, la de los transformers (que es la T de ChatGPT), que ha cambiado las reglas del juego de la inteligencia artificial, sobre todo en términos de acceso, porque ya no es un tema de especialistas, sino algo accesible a una gran parte de la población mundial, incluso desde el móvil. 

 

P.: Y que de nuevo, entiendo, no es solo de aplicación en el mundo del diseño y el Arte… 

A.B.: Nosotros, como espectadores de esta transformación, estamos todavía con la boca abierta frente a estos cambios, pero, efectivamente, hay otros campos donde se requiere altísima creatividad y la interacción con la inteligencia artificial está transformando el paisaje. Es el caso de las patentes. 

Imagínate que eres un inventor y tienes una vaga idea de que podrías crear algo nuevo e innovador si combinas ciertos elementos. Aún no tienes claridad sobre ese tema, pero sabes que hay otros equipos, en otras partes del mundo, que están trabajando en el mismo problema. Ya hay personas que están utilizando sistemáticamente la IA para que les dé variaciones posibles de esas ideas y llegar, en algún momento, a una que solución que pueda ser patentable. Piensa en esto aplicado a un área específica como la generación de medicamentos… Es brutal. 

 

P.: ¿Qué lugar le damos, por tanto, a la máquina en todo ese universo que es la creatividad? ¿Dónde queda el humano y dónde la tecnología? 

A.B.: Creo que estamos en un momento en el que definir una relación creativa con las máquinas, que son vehículos de inteligencia artificial, es uno de los aspectos que va a marcar una diferencia importante en el futuro cercano y también en el largo plazo. 

Si quedamos atrapados simplemente en lo que las máquinas pueden hacer tal y como vienen programadas y no cuestionamos, estamos condenados a ser víctimas del algoritmo. Si nos sustraemos de esto y tenemos una posición totalmente crítica, tenemos que saber que el hecho de que nosotros nos desconectemos no va a evitar que esto suceda; es decir, la inteligencia artificial generativa no se puede desinventar. 

Por eso, uno de los retos más importantes que tenemos por delante es definir cómo vamos a relacionarnos con este tipo de herramientas en múltiples esferas de la realidad. Y este es un problema altamente creativo. 

Isabel R. Benitez

Isabel R. Benitez

Periodista especializada en digitalización, tecnología e innovación

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